Ciudadanos: ¿el principio del fin?
Me hubiera gustado
dedicar este mi último trabajo, antes de entrar de lleno en la modorra
veraniega, a algo más frívolo, o más fresco, que para el caso es lo mismo
(aunque no sea igual). Sin embargo, la incidencia de mi artículo de la semana
pasada, al que le han llovido algunos comentarios (en uno y otro sentido), me
ha forzado a cambiar la temática, y les voy a dar, de nuevo, la paliza, por lo que
les anticipo mis disculpas.