Una Ley con fecha de caducidad
El Congreso de los Diputados ha aprobado la nueva Ley de Educación (ya bautizada como Ley Celaá) y, como viene siendo habitual, sin el consenso mayoritario del espectro político de la cámara, ni de la sociedad a la que representa. Por tan solo un voto de diferencia han parido la octava Ley de Educación de la democracia, lo que de hecho nos avoca –de forma indefectible- a una derogación anunciada en el momento en que el gobierno cambie de signo político.