No todo vale
La pasada semana, los Presupuestos Generales del Estado lograron pasar su primer examen, tras el cual se abre un periodo interesante en el que las distintas comisiones tendrán que analizar, de forma pormenorizada, los detalles y la letra pequeña de lo que supone el proyecto más importante de los queel actual gobierno ha puesto en circulación.
La sorpresa, tras varias semanas de incertidumbre
sobre los posibles apoyos parlamentarios que el mismo podría generar, la dio Bildu al anunciar su aprobación inicial,
así como que –“si nada se tuerce”- también
apoyaría el proyecto final. Un anuncio que lo hizo público el mismísimo Arnaldo Otegi, aduciendo que en estos Presupuestos "se juega la relación política con el Estado
para los próximos años", y que Bildu
observa "receptividad" en el
Gobierno a su petición principal, que es "blindar los derechos de la
gente". A continuación, el artífice de este ‘acuerdo’, Pablo
Iglesias, se felicitó y manifestó que esta formación (refiriéndose a Bildu)
se integrará en la "dirección del
Estado".
Ojipláticos nos hemos quedado muchos al escuchar
esta afirmación, así como la de Otegi sobre el ‘blindaje de los derechos de la gente’. Dos testimonios de los que
desconocemos su significado ni el alcance de estos, aunque nos lo podamos
imaginar. A lo peor, como dice el refrán, lo que hoy cuesta dinero mañana se
sabe de gratis; y no a mucho tardar nos enteramos de los pactos que el vicepresidente
segundo ha podido hacer y cuáles son las condiciones que los filoetarras nos
han colado.
He de reconocer que, cada día más, el Presidente del
Gobierno no deja de sorprenderme. Lo peor de las hemerotecas es que, con Internet,
ahora las tenemos dentro de casa y podemos recrearnos; –p.ej.- repasando una
entrevista hecha en TV Navarra, en
la que Pedro Sánchez enfatizaba: "pero si le estoy diciendo que con
Bildu no vamos a pactar, si quieres lo digo 5 veces o 20, ¡con Bildu no vamos a
pactar! Con Bildu, se lo repito, no vamos a pactar... si quiere se lo repito
otra vez".
Anteriormente, con motivo del segundo debate
electoral, también había hecho unas declaraciones en las que no tuvo
ningún reparo en asegurar que él no ha pactado ni pactará con los independentistas: “Es falso, por mucho que traten de
repetirlo. Falso es falso. NO es NO y NUNCA es NUNCA”. Por otra parte, y para
corroborar la falta de rigor, por no decir la falsedad de sus declaraciones,
cabría recordar lo que dijo, hace
casi un año, cuando garantizó que los presos del «procés» cumplirían de manera
íntegra sus penas, negando que se les fuera a otorgar el indulto, y afirmando: «El acatamiento de la sentencia significa su
cumplimiento, reitero, su íntegro cumplimiento», y añadió que «nadie está por encima de la ley y todos
estamos obligados a su cumplimiento».
Sería prolijo, y quizá aburrido, reiterar las
numerosas declaraciones del inquilino de La
Moncloa, en las que ha negado cualquier tipo de acuerdos con estas
formaciones políticas cuyo fin (no lo ocultan) es tumbar el régimen –como así
lo han afirmado en el parlamento vasco- y la implantación de un régimen
manifiestamente abyecto, desde el que pretenden imponernos sus tesis
independentistas, y a lo que el gobierno de coalición está ofreciendo un balón
de oxígeno con su política errática y disparatada.
A todo esto, es curioso que la única defensa esgrimida
por los voceros de turno, que pregonan el argumentario base esgrimido por el
gurú monclovita, sea la necesidad de aprobación de los Presupuestos, cuando acabamos
de conocer que el Fondo Monetario
Internacional los ha criticado severamente y que la Unión Europea los pone en cuestión al no creerse el capítulo de
ingresos que prevén. Además de que, es sabido, que este proyecto estaba
previamente consensuado con Ciudadanos
y no necesitaba de ningún otro apoyo independentista o proetrarra.
Por eso no entiendo bien cuál es la jugada del
Presidente, dado que no necesitaba negociar nada con estos partidos, ni tenía
porque haber hecho determinadas concesiones -que las conoceremos muy pronto-.
Ni tampoco puedo concebir que tales sartas de mentiras provengan de un
personaje –controvertido, por supuesto- pero que aglutina, en torno a su
política, a tantos miles de ciudadanos de buena fe que han creído a pies
juntillas en las promesas incumplidas de un señor que ha demostrado no tener
rubor alguno a la hora de mentir. Seguro que muchos de estos militantes evocarán
aquella frase que reclamaba: ‘nos
merecemos un gobierno que no nos mienta…’ ¿se acuerdan ustedes?
Al final va a llevar razón el Presidente de Castilla
La Mancha (García Page) cuando dice
que ‘esto no tiene pase’, y que está
desolado al comprobar que ‘la política
del PSOE la está marcando Pablo Iglesias’. Una aseveración
que se ve corroborada con el malestar generalizado que existe en una parte de
la militancia y de la que es una buena muestra el comentario que un amigo me hacía
hace unos días: ‘…Soy una persona que me
considero socialista, obrero y español… pero sin partido”.
Y es que, como decía yo al principio, no todo vale.
Jesús Norberto Galindo // Jesusn.galindo@hotmail.com
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