Un nuevo virus
La crisis sanitaria del Cobi-19
ha dado paso a otra, más temible todavía, con la aparición de un nuevo virus, que está compuesto por
cifras y números. Algunos economistas auguran que se trata de la crisis
económica más importante tras el ‘crac’ de 1929, y los indicadores que manejan
son de vértigo.
El gobierno de España
acaba de mandar, para su aprobación por parte de Bruselas, las previsiones macroeconómicas más importantes que
pueden afectar a nuestra ya debilitada economía y, sin presuponer que el
gobierno esté pecando de catastrofismo, estas son verdaderamente terroríficas.
Entre los datos más relevantes: la posible destrucción de más de un millón y medio de puestos de trabajo
(sin contar la incidencia que van a tener los ERTES –algunos de los cuales se convertirán en ERES-) y la caída del PIB,
en un 9,2% para el año 2020 (una cifra que también se ha quedado corta ya que
tan solo en el primer trimestre ha caído un 5,2%).
Es cierto que la crisis económica, que se
nos viene encima, no es imputable a una mala praxis en las políticas económicas
de este gobierno (recordemos que el actual ejecutivo no ha logrado todavía aprobar
unos presupuestos propios y está gobernando con los últimos del PP). Pero preocupan las intenciones de
algunos Ministro/as (la de Trabajo, por ejemplo) que es de Podemos y que ha anunciado a bombo y platillo, que va a derogar la Reforma Laboral aprobada por el
gobierno de Rajoy tras la pasada
crisis de 2008. Una reforma, que puso en marcha el anterior gobierno del PP, que fue impuesta por la Unión Europea tras el mini rescate de España motivado por la debacle de las Cajas de Ahorros, y que fue una
herramienta fundamental en la política de reconstrucción económica que hubo de
ejecutarse.
Estas medidas que, sin duda, sirvieron para
ayudarnos a salir del pozo en el que nos habían metido los que querían jugar en
la Champions League de la Economía,
nunca fueron admitidas por ciertos sectores de la izquierda, quienes tampoco quisieron
reconocer que, buena parte de la recuperación económica que tuvimos se debió a
la implementación de estas decisiones que, sin duda, produjeron duras
consecuencias en las políticas sociales de nuestro país. Mientras tanto, la
práctica totalidad de las instituciones internacionales relacionadas con la
economía, no dudaron en aceptar este hecho como un mal menor, imprescindible y
necesario para la recuperación económica emprendida, que posibilitó que España tuviera unos crecimientos
económicos muy superiores a la media de la UE.
En la cruda realidad en la que nos
encontramos ahora, creo que ya son muy pocos los que dudan que España está abocada a pedir, de nuevo,
un rescate. La economía de nuestro país no va a poder aguantar el peso de la
deuda y, cuando el BCE deje de
comprar las sucesivas emisiones de deuda pública que vamos a tener que emitir,
la prima de riesgo se disparará y no va a haber más remedio que acudir al fondo
de rescate (MEDE). El dilema es
¿cuánto nos va a costar? ¿qué nos va a pedir a cambio la UE? Si algunos se creen que esto nos va a salir gratis, como ya
están publicando algunas ‘fuentes’ cercanas al gobierno, es que están en el
País de las Maravillas.
El fuerte endeudamiento, el déficit
descontrolado y unas estructuras ciertamente obsoletas de determinados
elementos de los sectores productivos de nuestro país, hacen inviable que
salgamos por nuestro propio pie y vamos a tener que utilizar las muletas que
nos puedan prestar en Europa. Lo
que, llegado este caso, me lleva a hacerme una pregunta ¿qué va a hacer el
gobierno con la Reforma Laboral?
La decisión de Podemos es clara y meridiana: derogarla, pero el PSOE todavía quiere seguir manteniendo
la llama que le ayuda a mantenerse (no sabemos por cuanto tiempo) como un
partido con sentido de Estado, y eso
le impediría tomar depende que medidas, al margen de que Bruselas probablemente tampoco le dejaría. Algunos dirigentes
cercanos a la ejecutiva ya están diseñando una estrategia para convencer a su clientela,
a la que, por activa y por pasiva, le han estado vendiendo la burra de la
derogación… En ese campo son muy buenos;
igual pasó con la OTAN y ahí tienen
ustedes: fue, el mismísimo Felipe
González el que dijo digo donde
había dicho Diego.
Además, la actual militancia socialista es muy fiel a sus
dirigentes, lo que hará más fácil la operación. Otra cosa es lo que vaya a
pasar con sus socios de gobierno. Podemos
no se puede permitir este trágala, porque ya son muchos los incumplimientos en
su programa de gobierno, y los pocos seguidores adoctrinados que le van
quedando se están preguntando si merece la pena quemarse en la hoguera de un
gobierno, viendo cómo se desangran ideológicamente. Lo que me llevaría a otra
pregunta ¿qué va a hacer Sánchez con
el actual gobierno?
Un gobierno sin experiencia alguna y
compuesto, en su mayoría, por analfabetos funcionales, sin conocimientos de los
temas que tienen bajo su responsabilidad, y con tan solo unos principios
básicos ideológicos como currículo. Que, además, se configuró a medida para
salvar la investidura y para poco más, pero que no tiene capacidad para
gestionar una crisis como la que estamos viviendo. Los españoles no nos lo merecemos,
y el Presidente lo sabe. Es momento de afrontar este reto y evitar que los ciudadanos
tengamos que sufrir los efectos de tamaño desatino.
No quisiera pecar de catastrofismo, pero la
situación económica que se nos viene encima, en España, podría ser un caldo de cultivo ideal para que se reproduzca
un nuevo virus, en este caso de índole social y laboral… y para
este tampoco tenemos vacuna.
Ni más, ni menos, ese es el virus que están buscando desde Podemos, y me da que lo están consiguiendo.
ResponderEliminar¿Por qué será?..... decía "La Bombi"