miércoles, 30 de octubre de 2019

La fuerza de la razón

La fuerza de la razón



Desde que se produjo el anuncio oficial de las sentencias por el proceso catalán, y la consiguiente reacción del independentismo más radical, noto que una parte de nuestra sociedad está sufriendo una cierta crispación, condimentada con la salsa de una pre-campaña electoral, ciertamente anodina, que no despierta el más puro interés y que nos pilla cansados y hartos de tanta retórica repetitiva y estereotipada, en parte dada la escasa talla intelectual de la mayoría de los políticos metidos a oradores.

La sociedad mediática, en la que estamos inmersos, es un factor determinante, donde los medios de comunicación, y principalmente las redes sociales, juegan un papel muy importante en la manipulación de la información y en el dirigismo de una parte de la ciudadanía, cada vez más, ligada a determinadas herramientas tecnológicas que hacen posible este fenómeno. Los magazines y las tertulias televisadas, donde nos desayunamos con las imágenes más escabrosas y sensacionalistas de lo acontecido en las últimas horas, son uno de los elementos que colaboran, en nombre de la información, a caldear el ambiente antes de que algunos hayamos calentado el café con leche.
Es algo con lo que tenemos que ir contemporizando y a lo que nos tenemos que acostumbrar, dada la deriva ‘informativa’ que ha asumido nuestra sociedad y donde no hay móvil que se precie, que no tenga conectado un servicio de noticias instantáneas. Un servicio que, algunos, lo juzgan como muy interesante y necesario, pero que yo lo veo como todo lo contrario. ¿qué ganamos con enterarnos, antes que el vecino, de las noticias (la mayoría negativas) de las que voy a ser conocedor con posterioridad. Lo único que puedo conseguir es cogerme un cabreo con algunas horas de anticipación.
De todas formas, no crean ustedes que yo intento ponerle puertas al campo. No es así, no; lo que ocurre es que he querido hacer esta introducción para llamar la atención de aquellas personas que, teniendo alguna responsabilidad política y/o administrativa y con un cierto predicamento hacia nuestra sociedad, están dejándose influenciar por esta corriente. Y cuando les ponen una ‘alcachofa’ (léase micrófono), o se suben a una tarima (aunque sea para parecer más altos) se dejan llevar por los efluvios generados por determinados acontecimientos y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quieren hacer caja, a costa de estos.
No todo vale. Ya lo he escrito en alguna otra ocasión. Hay algunos temas y situaciones que no son susceptibles de ser utilizadas como munición contra las formaciones políticas de signo contrario, sean estas las que fueren. Los recientes acontecimientos acaecidos en Cataluña, es una buena muestra de lo que los partidos políticos, y sus representantes, no deberían hacer nunca. No se deberían utilizar argumentos algunos referenciados a situaciones críticas, como son las que estamos viviendo con el proceso independentista abierto y que ha dividido materialmente a la sociedad catalana. En estos momentos, los partidos llamados constitucionalistas deberían hacer piña y, aunque se tengan que tragar algún sapo, mostrar una unidad que yo no he visto ni por el forro. Tras la ronda de consultas de Sánchez con los líderes de los partidos de la oposición, a estos, en vez de transmitir aquello que les une, les faltó tiempo para salir a la palestra a manifestar en lo que no estaban de acuerdo.
Siempre he mantenido que, gobierne quien gobierne, hay determinadas cuestiones que deben estar por encima del rifirrafe político. La clase política española se está dejando influenciar por el calentamiento global al que está siendo sometido nuestro país, aunque sea de una forma mediática, y eso repercute en el tratamiento de determinados problemas que exigen una cierta templanza conducida por una mente fría. Quiero resaltar aquí lo que, para mí entender, ha sido el excelente trabajo realizado por las fuerzas de seguridad en los recientes disturbios ocasionados en Barcelona. Estoy seguro que esta opinión no será concordante con la de muchos otros que piensan de forma contraria, y que yo respeto, pero la mesura, la templanza, la contención y todo ello regido por una mente fría, han impedido una situación que, a mi modo de ver, hubiera sido catastrófica.
Los secesionistas han intentado buscar el enfrentamiento y hacer efectivo el mantra de “cuanto más peor mejor” que les viene de perlas. Intentando propiciar una actitud reactiva desproporcionada, que diese lugar a lo que en el argot de la policía se denomina como un “cisne negro”. Un suceso extraordinario de gran impacto, que se pueda utilizar, por parte de los alborotadores, en beneficio de sus intereses sediciosos. A todo esto, las fuerzas de seguridad haciendo gala de esa sangre fría a la que me refería anteriormente, dieron toda una lección de sensatez, por más que algunos estuvieran retorciéndose las tripas para no responder con la contundencia con la que los atacantes lo hacían. Es la fuerza de la razón, frente a la razón de la fuerza que esgrimen los violentos.
El Partido Socialista, en estos momentos, tiene la responsabilidad de gobierno, y los partidos de la oposición moderada (PP y Ciudadanos) también tienen su responsabilidad. Y esta es la de propiciar una mayoría sólida que permita afrontar estos problemas con sentido de Estado. Para los experimentos extra constitucionales ya están los otros partidos extremados (Podemos y sus confluencias –es que ya no sé cómo llamarles jope-, VOX y los nacionalistas). Unas formaciones políticas que saben que no van a gobernar y se pueden permitir el lujo de tirarse al monte con propuestas que, ellos mismos lo reconocen, no van a conseguir desarrollar nunca .
No es momento de buscar réditos electoralistas. Reconozco que la proximidad de las elecciones condiciona este tipo de postureos y endurece el lenguaje de los candidatos. Pero, en estos casos, debe imperar la cordura, y la inmensa mayoría de los ciudadanos estamos esperando de la clase política que esgriman ese ‘seny’ del que otros han presumido, y que ahora les toca ejercer al resto de españoles. Y algo más. Por favor, pónganse de acuerdo y comprométanse a dejar gobernar a la lista más votada, si no hubiera posibilidad alguna de conformar una mayoría absoluta a través de pactos.
Al parecer Ciudadanos ya ha asentido con esta posibilidad. ¡A buenas horas mangas verdes! ¿por qué no lo han hecho antes y nos hubiéramos ahorrado, además del cabreo que tenemos, una porra de millones que nos cuestan las elecciones.
Los violentos están perdiendo la batalla política, no perdamos nosotros la batalla de la razón.
Jesús Norberto Galindo // Jesusn.galindo@hotmail.com

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