Ya somos famosos
Pues eso ya no ha hecho falta, dada la inusitada repercusión que ha
tenido el ya famoso ‘pin parental’, y que ha logrado acceder, con apenas una semana
en cartel, al puesto número uno en el hit
de las frases más utilizadas en el uso del vocabulario español.
Lo primero que les confesaré es que he tenido que preguntar el porqué
del sustantivo ‘pin’, porque lo de parental, eso ya lo sabía. Y ya me han
iluminado sobre el particular. Me han informado que es como si estuviéramos
hablando de una autorización, o de una firma. De una firma electrónica, claro;
y es que esto de las nuevas tecnologías es un rollo, oiga. Todo se traduce al
lenguaje criptográfico que los tiempos actuales nos han regalado y, algunos que
hemos llegado algo tarde, necesitamos ayuda para poder seguirlo.
Bueno pues, después de regalarles este rollo, a modo de introito, voy
a darles mi opinión de lo que está sucediendo con esta tormenta en un vaso de
agua, que es como yo califico esta comedia, cuando alguien me pregunta qué me
parece a mí todo este sarao.
Tras escuchar lo que dicen unos y otros, y los de en medio también, me
reafirmo en calificar este hecho de una auténtica chorrada. Han tenido que
pasar ocho meses desde que el gobierno de Murcia
dictase una serie de instrucciones sobre este particular para que el gobierno
de Sánchez se entere de la película
y ponga el grito en el cielo.
Me he leído la norma que dictó la Consejería del ramo, y que
distribuyó a los Centros de Enseñanza a comienzos del presente curso escolar, y
no veo nada que no se haya estado haciendo anteriormente, quizá con otros
procedimientos, pero el fin era el mismo. Las actividades complementarias
extracurriculares que estén impartidas por personal no docente, externo al
centro, deberán comunicarse a los padres. Cosa que, de una manera u otra, hasta
ahora se ha estado haciendo. Y todos sabemos que en este tipo de actividades de
carácter voluntario (no le pongamos nombre ni apellidos) los padres tienen la
potestad de aceptar o no que sus hijos asistan. Entonces ¿qué ha cambiado aquí?
En la Región de Murcia conozco varios centros que están funcionando
así, incluso, desde antes de dictarse la norma. El Centro pone en conocimiento
de los padres el calendario de actividades extracurriculares y les informa
sobre el mismo, y en la inmensa mayoría de los casos hay que reconocer que no
existe (al menos que yo conozca) una oposición significativa de los padres
vetando la asistencia de sus hijos. En la Comunidad madrileña, también existen
este tipo de procedimientos desde hace algún tiempo. Luego ¿qué es lo que ha
ocurrido para que se forme este pifostio?
Pues muy fácil: VOX utiliza
este tipo de argucias para copar la atención y visualizarse en el escenario
político, y el gobierno de la nación precisa tapar algunos rotos que se le han
hecho en su recién estrenada legislatura. Resultado: a Sánchez le han hecho un regalo de Reyes, con retraso. Y el
Presidente, que de tonto no tiene un pelo, lo ha aprovechado como agua de mayo
(pero en enero), y le ha sacado un partido excepcional (a pesar de la ininteligible
Ministra Celaá), utilizándolo como
una cortina de humo para distraer al personal. Algo así pasaba en tiempos de
Franco con el “pan y futbol”. Y, es
que, al gobierno no le interesa que nos entretengamos en tonterías, analizando
lo chungo que tenemos esa cosa de la economía
(con unos indicadores empeorando progresivamente); o la descarada tentativa por
controlar el Poder Judicial, pasando
por algunas de las meteduras de pata diplomáticas, con repercusión
internacional, como lo ocurrido con Bolivia
o el culebrón venezolano.
A la ministra del ramo le escuché decir que la implantación del ‘pin’ rompía la unidad de criterios a
la hora de fijar los contenidos educacionales comunes a todos los españoles.
Por lo que se ve, la Sra. Celaá no
se ha enterado que en España hace ya muchos años que no existe esa unidad de
criterio en los currículos educacionales. Ya que, a través de las distintas Leyes de Educación que se han
promulgado, las Comunidades Autónomas
tienen la prerrogativa de “adecuar”
los contenidos de las asignaturas, lo que nos ha llevado a tener libros de
texto con contenidos diferentes sobre una misma materia, en especial aquellos
que están relacionados con la geografía y la historia.
Sobre este aspecto escribí, hace un par de años, un artículo donde se
detallan cantidad de ejemplos que lo acreditan y que han supuesto, inclusive,
el encarecimiento de estos libros, al tener que hacer ediciones distintas,
según la Región donde se distribuyan.
A mí, personalmente, no me preocuparía para nada este tema si, como
debería ser lo más lógico, los políticos de turno renunciaran a meter la mano
en el cajón de la educación y dejaran estas cuestiones en manos de los
expertos. Confío plenamente en la comunidad educativa compuesta por unos
grandes profesionales en los que tengo puesta mi confianza.
Al final es el sentido común el que marca los limites sobre los que
forjar la estructura del sistema educativo. Tan mala es la propuesta maximalista
de VOX, como la que pretenden
algunos defensores de la dictadura del
proletariado, instando a que pueda ser el Estado quien controle la sociedad a través del ojo de un Gran Hermano. Algo que los españoles ya
hemos podido comprobar a lo largo de casi cuarenta años de dictadura, y que
curiosamente ahora anhelan algunos gobiernos (proclives al comunismo) y que se
autocalifican de progresistas.
Por otra parte, VOX no
tenía que haber condicionado la aprobación de los presupuestos de Murcia a este particular. Es algo que
no tiene nada que ver y que pone de manifiesto, una vez más, la ruindad de
nuestros políticos y su manifiesta incompetencia. A eso se le llama chantaje, y
es lo mismo que los independentistas hacen habitualmente con sus continuas
demandas y los cambios de cromos a los que, por desgracia, ya nos tienen
acostumbrados. Además de que, con esta bravata, los de Abascal le han facilitado a Sánchez
un argumento de oro para crear una polémica que les viene de perlas en su
política de distracción.
Acuérdense de lo que les digo, esto quedará en nada, porque nada es.
Una lástima de tiempo, porque mientras que los gobiernos de la Comunidad de Murcia y del Estado
están jugando al ‘pin parental’, en Los
Alcázares estamos mirando al cielo a ver si llueve y nos inundamos por
quinta vez. Ahora, eso sí, ¡ya asomos
famosos!
¿No les parece una poca vergüenza?
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